Al final del último pasillo de Almoneda me acerqué atraido
por el fulgor del arte y entré en un espacio lleno de pinturas que
parecian proceder de cinco o seis manos diferentes ¿Que es esto? Una exposición
de Sotogrande lugar de ocio y deporte tan ajeno a la tranquilidad de la pintura
y la escultura. Pero sí. Osvaldo Lobalzo viene a explicármelo. Es argentino. Lo
he adivinado. Vive muchos años aquí y quiere ser español. Ahora juzgo sus obras
mirando en derredor y me quedo fijo ante ese gran cuadro cuadrado.
(Fig.1) Es casi del todo blanco y me conmueve por primera vez en mi largo paseo
por esta feria donde se puede comprar desde un par de cucharillas usadas de
plata hasta un Regoyos con su marco de época. Osvaldo ¡Este es tu mejor cuadro
y el mejor de la feria! ¿Porqué? Pues porque complace la mirada del crítico y
la del simple espectador y tambien atrae al sentido del tacto pues se podría
acariciar su quebrada superfice bajo la cual se adivinan materiales
diversos. Es un cuadro abstracto compuesto a base de sabias eliminaciones como
hacía Picasso hasta quedarse con la forma definitiva. Buena suerte para
Osvaldo, gran promotor del arte colectivo en el Sur de España.
Pinturas y acuarelas de Antonio. En la misma semana acudo a
la convocatoria de un amigo pintor acompañado de otros amigos. Sala “Alfonso
XII” en El Pardo. Pueblo y gran palacio con guardia real, raro tesoro turístico
a ocho kilómetros de la capital. Aquí expone Antonio Garcia 32 obras
entre acuarelas y óleos de formatos mediano y pequeño. Dice Leonardo da Vinci
en su Tratado de la Pintura que el dibujo es la base necesaria para una buena
pintura. Pero tambien advierte el gran maestro del Renacimieento que todo
artista debe saber enjuiciar sus propias obras. Antonio se ha marcado un
camino en el arte y esta exposición demuestra que ha tenido en cuenta lo que
dice Leonardo. Me sentí especialmente atraído por la magia de un cuadro
titulado Marina Alicante que reproduzco “por cortesía del autor”. (Fig.2)
Obsérvese la sencillez y acierto con los que están representados los lienzos de
las velas plegadas en primer término, los verticales mástiles, el blanco de
fibra de los cascos de los barcos anclados y las ocho palmeras de copas verdes.
Al fondo los tonos color malva del cielo vespertino que limitan la
escena de la Marina. Una pequeña obra maestra.
Y como no hay dos sin tres incluyo una ilustración de la
última exposición inagurada el 17 de abril en el Museo Reina Sofía que no he
visto. Dora García. Segunda Vez.(Fig.3) Del abstracto expresionista de Osvaldo
pasando por el realismo mágico de Antonio hasta el desvarío conceptualista de
Dora García.
Fig.1
Cuadro
blanco de Osvaldo
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