Detalle mostrándo la mirada del Rey. (Fotos Municio)
Resumen: Ante la aparición en una subasta de Madrid de un retrato de Felipe IV de excelente calidad, atribuido por la galería al Taller de Velázquez, el autor examina la serie iconográfica de la pareja real de Felipe e Isabel de Borbón, concentrándose en el primero que la doctrina considera basado en un prototipo de mano de Velázquez que se ha perdido. La investigación sigue el rastro del prototipo que el pintor real haría a su vuelta de Italia en 1631 inaugurando la "segunda manera" de la imagen del personaje, con melena y bigote levantado y el mentón prominente de los Habsburgos, que puede ser el que cita el Inventario de 1794. El cuadro procede de Buenos Aires donde el profesor florentino Bardi lo juzgó auténtico, según se dice en la revista argentina Histonium (n.394 marzo1972). Está dañado en la parte superior de la cabeza y oscurecida la ropilla que cubre el pecho donde se distinguen la botonadura y un detalle de la manga con un adorno que confirma su identificación con la serie de retratos de cuerpo entero que se conservan en Viena, San Petersburgo y Hampton Court. Está recortado pues debió sufrir amputaciones por el fuego duarante la guerrra de la Independencia que afectó al Casón del Retiro donde se guardaban los retratos de la casa de Austria. El autor trata del tema de la resemblanza- el parecido - de los retratos del rey de Velázquez revisando las ideas de López-Rey. En esta ocasión el pintor buscó la verdadera imagen del soberano sin idealizar sus facciones como probablemente hizo en los retratos de la misma década para el Salon de Reinos y la Torre de la Parada.
El reaparecido retrato de Felipe IV y su pareja, Isabel de Borbón, de la colección Wildenstein de Nueva York.
50 x 43 cm. El retrato de Felipe IV que atribuyo a Velázquez
Detalle del craquelado
Detalle del adorno de la bocamanga, igual al de la serie del retrato de Viena